jueves, 1 de marzo de 2012

DESÓRDENES

Linea C-5. Atocha-Móstoles-Navalcarnero. Dos años paradas las obras, con una tuneladora dentro.

Todos sabemos que hay viviendas construidas que no serán ocupadas en muchos años, pero en la zona del estadio Vicente Calderón quieren levantar edificios de treinta alturas. El proyecto está terminado y el club de los Gil está preparando los bártulos para irse al estadio de La Peineta.   ¿Quién va a comprar esos pisos? Más de lo mismo. Más de lo mismo son las obras paralizadas o terminadas sin ninguna utilidad, donde se han enterrado millones de €uros para nada. De eso sabe mucho la comunidad de Madrid; si damos un paseo por el foro y sus alrededores veremos de esas guisas estaciones de Metro, prolongaciones de Renfe, museos, monumentos… Los administradores de los cuartos públicos tendrán sus explicaciones, pero con ellas no contentarán a los ciudadanos, que no entendemos porqué antes de hacer una obra no estudian su aprovechamiento, si está justificado el gasto o sólo se trata de que los €uros rueden, que para eso son redondos. Todos sabemos que las autovías radiales de la periferia se usan muy poco, que hay aeropuertos donde no vuelan ni los pájaros y estaciones y líneas ferroviarias de “velocidad cero”, donde sólo circulan las ratas, los amigos de lo ajeno y  el deterioro. ¿Quién explica estos desórdenes? Si hay alguien que lo sepa, y se atreve, que nos diga de paso con qué pegaron las losas de calle del Arenal. Nuestro amigo el historiador Antonio Balduque recomienda levantar los ojos del suelo para ver los palacios y las casas señoriales de la nueva calle peatonal. Peligroso. Si miramos para ver los capiteles de los volados arquitectónicos, no tardaremos en tropezar con alguna baldosa flotante o rota, y pronto veremos que debajo del pavimento sólo hay arena; claro, estamos en Arenal. ¿Dónde está el cemento? ¡Qué desórdenes! ¿No haremos nada para que alguien pague por ellos?    
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4 comentarios:

Mari Carmen Azkona dijo...

Cualquier excusa es buena para tantos desatinados, que si de esta manera no se frena la economía, que si se mantienen los puestos de trabajo...Pero lo que importa, independientemente de las medidas populistas que se tomen, a veces, para contentar a cierto sector de la ciudadanía, es mantener el dinero asignado (el balance tiene que ser cuanto menos a cero, no sea que haya recortes ) y mantener sus puestos.

Como siempre un buen análisis, Alex, claro y directo al centro de la diana.

Besos y abrazos.

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Mari Carmen:

¡Cuánto sabes! Estos desatinados no dan una en la diana. Aunque ahora parece que, por lo menos, no niegan la realidad de la que tenemos encima. Las reformas y los recortes están muy bien, siempre que se hagan con orden: ahorrando del gasto corriente como de coches oficiales, comilonas, viajes pagados, sueldos millonarios por no hacer nada..., antes de rebajar el sueldo a los empleados públicos o amortizar puestos de trabajo. Eso, claro, sin que los gastos superen los ingresos, para que el resultado del balance/presupuesto dea cero, como tú bien dices.

Me encanta verte por cualquier sitio. Nos gusta más la Literatura creativa, de ficción, ya lo sé; pero lo que aquí se expone es la vida con la que nos toca ir y venir y no podemos mirar para otro lado.

Agradecido por tus palabras, que tanto ayudan en la pendiente, recibe mi cariño y muchos besos.

Alex

Anónimo dijo...

Duro con ellos Alejandro da leña al mono hasta que hable o se vaya para siempre con sus desarreglos aunque te cansaras tu antes que ellos pero no dejes de echar guindilla en las patatas que el que se pica ya sabes.

Lo de siempre porque te aprecio.

Luis Martin

Alejandro Pérez García dijo...

Luis, Luis... No seas malo. Hay que criticar con fuerza, sí; pero sin estropear el estómago de nadie con picantes. En cualquier caso, no tenemos que cansarnos de denunciar lo que está mal, y de pedir a los que se lo llevan crudo que se vayan. El señor Rajoy, que nos engañó nada más llegar, ahora parece que está explicando la realidad de la situación y tomando medidas que podrán beneficiarnos. Si son eficaces o no, el tiempo lo dirá. Le aplaudiremos si es para bien pero seguiremos quejándonos cada vez que el zapato nos apriete.

Como siempre, gracias por venir aunque otra vez te hayas dejado los acentos en casa. Un abrazo

Alejandro