sábado, 5 de marzo de 2016

NO NECESITAMOS POLÍTICOS ASÍ

         



Su compañero y él son los únicos que cumplen con sus cometidos

   Con las últimas tormentas, muchas carreteras se cubrieron de hielo y nieve. Los coches, para llegar a sus destinos, necesitaron cadenas en algunos tramos, además del esfuerzo y  la pericia de los conductores. Es lo mínimo, máxime si de esa actitud depende la integridad de los pasajeros. En situaciones así, a nadie con un mínimo de responsabilidad se le ocurre parar en un área de servicio para charlar con los colegas de sus cosas y del mal tiempo  que hace.
            Desde el 20D, España está sufriendo una virulenta tempestad social, de gestión, muy delicada. Todo está en el aire. Nada es definitivo, sino provisional y en funciones. En función de los sacrificios de los timoneles elegidos, llegaremos a buen puerto o naufragaremos sin remedio. Pero ya se sabe, cuando un político está «en funciones» no está en ningún sitio. Y sabemos también, porque así nos lo han demostrado, que no están haciendo nada para unir fuerzas y  sacar a España del ventisquero en el que ellos mismos nos han metido.
            Invitándonos a ver no sé qué película, se entretienen en pactos de ficción, con una trama conflictiva sin desenlace ni coherencia. Después de dos votaciones de investidura solo han aclarado una cosa: no les importa un suspiro el bien de los votantes ni el contexto social, con todas sus generalidades, del país al que se deben. Nada. Eso no les produce ningún escalofrío. Salvo excepciones, solo pretenden salir del vendaval para sembrar en tierra de todos sus cosechas partidistas. ¡No necesitamos políticos así! Mejor dicho, no necesitamos políticos. Necesitamos gestores que trabajen sin descanso en beneficio de los españoles, dejándose en casa la insignia y las cadenas ideológicas que tanto les atan. ¿Es esto una utopía? No. Sobran ejemplos en la historia reciente.
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