martes, 26 de marzo de 2019

LOS PUEBLOS SE MUEREN

Los pueblos, cada vez más desiertos

España no necesita gobernantes al servicio de ideologías políticas, sino gestores que velen desde la mañana a la noche, incluso cuando duermen, por el bien de los ciudadanos. Sí, ya sé, lo he dicho muchas veces, y lo repetiré mientras no vea que el único objetivo de quienes nos representan sea ese, trabajar por el pueblo.

Para ello, bastaría con que se dieran un paseo por nuestra geografía, ahora que es el momento de anotar en sus cuadernos las tareas que deben afrontar. En esa excursión, que harán en coche, en bici o en burro, como quieran, porque deben pagársela ellos, verán problemas que crecen cada día.

Sí que han visto que en las grandes capitales, como en Madrid, la contaminación crece. Ante eso ya han limitado la circulación de vehículos en el centro, a costa de crear muchos im­posibles a profesionales y visitantes. Han visto que los alquileres están creciendo. Esto ocurre porque la población de Madrid se está masificando y las economías familiares no permiten comprar una vivienda. En este caso no hacen nada.

En ese paseo del que antes hablaba, verán que, al contrario de lo que ocurre en la capital, los pueblos de provincias están vacíos, abandonados, muertos. Los jóvenes se van con sus humos a Madrid, y solo quedan los mayores, cada vez menos y, en consecuencia, más casas que acaban en ruinas.

Es el momento de que nuestros administradores equilibren estas diferencias. Tienen que reactivar el medio rural para evitar la despoblación que sufren. Duele ver cómo no han planteado soluciones ya: facilitar el establecimiento industrial y comercial, primar las explotaciones agrícolas y ganaderas… Cualquier cosa para frenar la desertización que padecen los núcleos donde siempre hubo vida. ¡Ya no!
************

TAMBIÉN TE INVITO A LEER: