jueves, 5 de mayo de 2011

FRAUDE FISCAL

El dinero negro puede resolver necesidades perentorias en familias en precariedad  absoluta.

Hacienda está buscando empresas, autónomos y profesionales liberales que no pagan impuestos. Los administradores públicos han prometido una amnistía a los defraudadores que salgan de la oscuridad y den la cara. La caza vendrá luego, y no tendrán más remedio que declarar y pagar. ¿Quién sale primero?

En esto de la economía sumergida hay muchas reflexiones, pero tranquilos, con una será suficiente. Solo diré que es como una moneda falsa, de uso muy común, con su cara y con su cruz.

La cara de esa economía ajena al fisco puede estar resolviendo necesidades perentorias a familias en precariedad absoluta: unas sin más remuneración que la procedente de chapuzas ocasionales; otras con ayudas y subsidios mínimos e insuficientes. No justifico nada, pero debemos saber que con esos ingresos no declarados capean el temporal de la pobreza más crítica. Como contrapartida, no protestan, no piden y callan para disimular su pecado. De no ser por esas trampas, muchos ya se habrían sumado a la indigencia o estarían quejándose públicamente. Eso sería lo mejor, presentarse ante los políticos y mostrarles la realidad cruda, tal cual.

La cruz de las economías soterradas está en la ociosidad de las fortunas opacas, que daña seriamente el bienestar general. Tampoco pagan impuestos y, lejos de cubrir necesidades, no producen; no crean puestos de trabajo; retiran de la circulación cifras elevadas, computables en los presupuestos sociales, cada vez más deficitarios, y potencian la práctica de la insolidaridad y la injusticia agraviando a los contribuyentes que sí cumplen, aunque sea a disgusto, con la hacienda de todos. Y lo peor: se benefician los que más tienen a costa de empobrecer a los más necesitados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alejandro cuando está todo dicho no hace falta que nadie diga mas.

Un abrazo como siempre de tu amigo Luis Martin