Foto Vinuesa
Ya sé que muchos estáis pensando en limpiar las poltronas de los Ayuntamientos. Todavía, no. De momento solo vamos a reflexionar sobre los cambios que van a experimentar nuestros pueblos y ciudades con motivo de las próximas elecciones. Algunos alcaldes no han quitado el polvo de las calles ni el día de la función y ahora, para seguir en el sillón, hacen cualquier cosa con tal de que sus pueblos lleguen a los comicios como si estuviesen recién hechos. Y eso que todavía no ha empezado la fiesta de verdad, o sea, la de las mentiras, que tendrá lugar entre los días 6 y 20 de Mayo. Será como un gratis total donde todo vale. Hasta creerán que nos van a engañar. Pues no. Ya hemos visto antes la película y sabemos cómo acaba.
Los candidatos saldrán a la calle eufóricos, dispuestos a empapelar todo con sus fotos municipales y autonómicas, fotos retocadas, con sonrisas y todo, sin atisbos de ese mal gesto, asesino, que nos pusieron cuando les preguntamos por aquella partida presupuestaria cuya aplicación ahora no se ve por ningún sitio. No, esa cara de mal vino no saldrá. Escucharemos las promesas bonitas de siempre en las visitas a los colectivos más numerosos y sensibles.
Cuando todo termine, ¿quién se acordará de lo prometido? Unos se irán a casa derrotados, por no decir con el rabo entre las piernas que suena muy mal, y otros a celebrarlo con cava nacional, aunque la revolución proletaria vaya por dentro. Sí, pero ninguno quitará sus pasquines de vallas y fachadas, que afearán el paisaje hasta que lleguen las otras tormentas, las del verano.
El próximo jueves seguiremos repasando el panorama más próximo. Veremos en qué limpiezas se emplean los aspirantes a ediles y munícipes.
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