jueves, 24 de febrero de 2011

GARANTÍAS

Los bancos siempre exigen avales. Llegado el caso, hay que pedir lo mismo que ellos


Lamento comprobar que lo explicado en mi artículo “Los bancos inmobiliarios”, publicado en esta misma etiqueta el día 13 de Enero/2011, ya se haya hecho realidad en empresas de Nueva Rumasa.
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Así hemos visto cómo los bancos ceden los capitales que reciben de terceros, con una fecha fijada para su reintegro o devolución. Pero resulta que ahora, por los motivos expuestos, no pueden cumplir con sus compromisos, tampoco pueden prestar. Los propios ejecutivos de algunas entidades no han cobrado sus pluses de producción.

Esa falta de liquidez puede originar la intervención o quiebra de algún banco o caja de ahorros, con los consiguientes perjuicios económicos para todo el país. Pero antes de irse a pique, las entidades afectadas buscarán dinero a cualquier precio. Volverán las “guerras de pasivos”, un río revuelto donde ganarán los afortunados que hayan podido ahorrar. Ellos dispondrán de la materia prima codiciada por las entidades financieras, y recibirán ofertas tentadoras para suscribir productos de elevada rentabilidad.

Los que tengan huchas acaudaladas deberán valorar la calidad más que la cuantía en sus operaciones. El ahorrador es quien presta su dinero al banco y, por ello, deberá pensar un poco como los bancos. Lejos de la letra pequeña, hay que requerir avales donde queden cautivos/pignorados bienes reales, no sólo del propio banco también de los principales gestores responsables. No es ninguna locura. Ellos lo hacen siempre; no sólo quieren asegurarse la capacidad de reembolso, además amarran la recuperación de su dinero con los bienes y los males de toda la parentela. Llegado el caso, hay que exigir lo mismo que ellos. Si los consumidores tienen que asociarse, que lo hagan. Eso mejor que pagar los rotos de otros.
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No dejes de leer: OPRESIÓN (poema) y UN INSTANTE INEXORABLE (Cuento)
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10 comentarios:

Manuel dijo...

Querido Alex: ¡como me gusta leerte!.

En este caso, lamentablemente, tengo que contradecirte. Y cierto que no lo haría si esos "ahorrillos" míos, tuviesen 7 cifras en Euros. Pero no, no es así.

A mi sí me pignoran ciertos reducidos capitales invertidos en valores, para completar la garantía de alguna hipoteca. Y, por supuesto, liberar esa pignoración, aunque ya haya pagado a lo largo de más de 5 años, con mucho, el capital avalado, me costaría bastante dinero: notarios, papeleos...

Por desgracia la flecha no corre de manera equitativa en las dos direcciones.

El banco me prestará dinero siempre a un interés casi de usura. Con unas condiciones que variarán, no solo al compás del precio del dinero, o del Euribor, sino más bien como les salga a sus majestades, los reyes del mambo, de sus reales sitios.

Yo pelearé, enredado en un millón de palabras en letra pequeña, entre ofertas todas ellas de dudosa veracidad final, entre T.A.E.'s y otras milongas, por intereses que, en el mejor de los casos, me darán el 3,5% (menos Hacienda), bastante lejos de lo que las entidades me sangran.

No hay a donde acudir, porque los interesados por mis intereses, tienen intereses directos allá donde yo dejo mis intereses.

Está claro, ¿no?.

Alejandro Pérez García dijo...

Querido Manuel, gracias por pasearte por estos arrabales, donde aportas intensidad a mis pobres reflexiones.

Y ahora, leyendo el párrafo entrecomillado que copio ("Lejos de la letra pequeña, hay que requerir avales donde queden cautivos/pignorados bienes reales, no sólo del propio banco también de los principales gestores responsables. No es ninguna locura. Ellos lo hacen siempre; no sólo quieren asegurarse la capacidad de reembolso, además amarran la recuperación de su dinero con los bienes y los males de toda la parentela. Llegado el caso, hay que exigir lo mismo que ellos"), dime en qué me contradices. Creo que estamos de acuerdo, aunque quizá no me haya expresado con la claridad necesaria. Dices que a ti sí te "pignoran ciertos capitales invertidos en valores"; a tí y a todos. Eso también lo digo yo ¿no?. Los bancos pignoran todo lo que pueden. Y ante eso, lo que intento decir es que si ellos nos exigen avales cuando nos dan dinero, que nosotros se los exijamos a ellos cuando depositemos en sus arcas nuestros ahorros. No digo otra cosa, y animo a ello fervientemente. ¿Que es una utopia?, claro, pero hay asociaciones de usuarios de banca que han conseguido la exclusión de gastos y la abolición de cláusulas en contratos mercantiles que se han considerado abusivas, cuando también tuvieron el rango de "inamovibles" secularmente. Los perros grandes muerden mucho, pero muchas pulgas cabreadas pueden levantar muchas ronchas. No hay que olvidarlo.

Serías muy afortunado Manul si ese 3,5% del que hablas te lo pagara un banco por tus ahorros por un plazo superior a seis meses. Ese porcentaje que no es tal, sino la TAE, es un interés preferencial que los bancos reservas a las captaciones de pasivo procedente de clientes de otros bancos (ya está teniendo presencia lo que anuncio en el artículo: "guerra de pasivos"). Pero ese porcentaje sólo lo mantienen durante los tres o cuatro primeros meses. Después te lo bajarán hasta el suelo y con una cláusula de penalización si lo retiras antes de un plazo que ellos fijan. En cualquier caso, permíteme que te advierta, y advierta a nuestros lectores, que cuando algún banco ofrezca más del 3,5% de interés fijo y lineal, por un plazo superior a dieciocho meses, hay que ponerse en guardia. Actualmente ese rédito está considerado como "fuera de mercado" y, como tal, llevará implícitos riesgos que el impositor tendrá que asumir. Si no existe riego, habrá trucos matemáticos que desvirtuarán la realidad de la renta.

Cómo me provocas, Manuel. Siempre consigues que me extienda en esto más de lo debido. Si a mí las que me gustan son las letras; no las de cambio, las otras las de leer y escribir.

Un abrazo fuerte.

Emilio Porta dijo...

Interesantísimos y bastante técnicos, tanto la entrada como el comentario de Manuel. Se ve que conocéis el campo...y digo yo..¿qué campo no conocéis?. Afortunadamente - mejor dicho, desgraciadamente - no tengo, en estos momentos, problemas de inversión. El cero es una cifra que los bancos y los fondos no consideran, je, je. Un abrazo a ambos.

Mari Carmen Azkona dijo...

Gracias a Dios, los temas bancarios los dejo en otras manos que no soporta que le engañen y desconfía enormemente de los bancos. Lo que está claro es que nadie da duros por pesetas y los bancos menos que nadie, y si te los ofrecen es porque no tiene aval suficiente y se corren riesgos, como ocurrió con Afinsa...Jamás me haré rica, trabajando nadie lo hace...pero desde luego si ellos no comparten sus ganancias, que son muchas al año, yo no voy a compartir sus riesgos.

Como siempre, Alex, gran entrada...porque eres grande...
...Y como tal, un beso enorme.

Toñi dijo...

Bueno, ante lo que decís la única palabra que se me ocurre es AMÉN.
Lo que tengo muy claro es que los que manejan el mundo son los bancos... Nos tienen a todos en un puño empezando por el gobierno.

Alex, genial como siempre.

Un beso a tod@s.

Alejandro dijo...

Querido Emilio, a veces el saldo cero es una gran fortuna, sobre todo cuando representa a las necesidades y más si equivale a las deudas contraídas. Tú, querido amigo, eres rico atesorando a raudales lo que tanto desean los grandes acaudalados: cariño, amistad, reconocimiento y, sobre todo, tu gran cartera de valores: generosidad y sabiduría para hacer de la palabra un mensaje verdadero de entrega constante.

Un abrazo

Alejandro dijo...

Querida Mari Carmen, me alegra que te despreocupes de asuntos banarios, demasiado fríos e interesados para que atraigan y ocupen a una chica como tú, tan cálida y dadivosa. Y me alegra también que pongas esas cosas en manos ajenas que saben desconfiar de los bancos. Nada mejor, tanto si se tiene parné como si se necesita. Sabia decisión esa de no compartir los riesgos de los bancos cuando ellos nunca han compartido sus beneficios. Lo que tenemos que hacer es eso que he intentado escribir y no sé si lo he conseguido: "Mirar bien detras de las grandes fortunas porque suele haber graves delitos". Huyamos de ello con la fuerza de nuestra pobreza.

Gracias Mari Carmen por pasear por estos pagos, a los que yo llamo mis arrabales. Muchos besos.

Alejandro dijo...

Pues sí, queridas Toñi, que así sea, como queremos que nos traten, pero no es fácil conseguirlo. Ellos, los poderosos, nos hacen la puñeta cada día, con sus abusos, poniéndonos al servicio de sus objetivos: políticos, unos, y económicos,otros. Dijo Molière que "Somos fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos". A mí no me engañan ni unos ni otros, no los amo; pero si que te garantizo que mi grado de indignación, sin que me lleve al odio, me rebela cada día y me hace reflexionar sobre cómo acabar con lo que -pobre de mí- nunca acabará. La historia se repite.

Muy agradecido, querida Toñi, recibe un montón de besos.

Mila Aumente dijo...

¡Cuánto sabes, Alejandro! ¡Y cuánto me queda a mí por aprender!... Menos mal que estoy en ello, jajaja.

Un besito.

Alejandro Pérez García dijo...

Querida Mila, nunca sabemos lo suficiente, menos mal. Así tendremos siempre la necesidad de aprender.

Besos.

Alex